El estilo kitsch es, en definitiva, un estilo muy particular y no es para todo el mundo. Este estilo se caracteriza por incluir muchos colores y diversas formas a través de elementos decorativos muy llamativos. Este peculiar estilo de decoración lleva en sus venas el lema “más es más”.
Este estilo permite concentrar en un mismo espacio un sinfín de piezas de mobiliario y elementos decorativos pertenecientes a diferentes estilos, ya que su fin es no es crear un conjunto, sino pensar en cada objeto de forma individual.
¿Qué es “kitsch”?
El término kitsch hace referencia al exceso, a lo ecléctico, lo recargado, llevado a su máxima expresión. En cuanto al estilo kitsch, este solo tiene una sola norma: no seguir normas; es decir, no tiene pautas que seguir. Entonces se puede decir que, el kitsch lo que busca es impresionar, destacar y dar mucho de qué hablar.
Sus transgresores opinan que es un estilo antiestético y, que las personas que lo implementan tienen muy mal gusto. Aunque lo cierto es que, si se hace un buen trabajo de decoración, se pueden conseguir espacios realmente interesantes.
Origen del estilo Kitsch
El término kitsch se empezó a escuchar desde hace un siglo y medio en Europa, específicamente en Alemania como derivado del término “kitschen”, que significa “hacer una chapuza”.
Aunque existe otra teoría que dice que el término surgió como variación de la palabra inglesa “sketch” que significa “dibujo”, lo cual tendría más concordancia con el contexto en el que se situaría.
En relación a la primera hipótesis, se dice que en la segunda mitad del siglo XIX cuando la burguesía alemana de Munich empieza a obtener un crecimiento económico importante, esta nueva población rica quería alcanzar el estatus de la aristocracia imitando sus costumbres y gustos culturales. Es así como empezaron a querer objetos artísticos de imitación de las grandes colecciones reales.
Esta tendencia se expandió y otras personas del mundo empezaron a consumir imitaciones de estas obras, dando pie a una serie de productos que proporcionaban experiencias estéticas fáciles y económicas.
Es así, como el deseo de aparentar cobró fuerzas, y el mundo del arte empezó a mostrar rechazo por la popularidad de lo kitsch.
Y fue el escritor austriaco Hermann Broch quien formulara una definición de la estética kitsch: “La esencia del kitsch consiste en la substitución de la categoría ética con la categoría estética; impone al artista la obligación de realizar, no un ‘buen trabajo’, sino un trabajo ‘agradable’: lo que más importa es el efecto”.
Desde entonces, el estilo kitsch ha evolucionado poco a poco, mezclando caóticamente diversos estilos como el barroco, el rústico y el gótico. Actualmente, el estilo kitsch es conocido como ausencia de estilo como tal.
Elementos del estilo kitsch
Colores
Como ya es de saber, el estilo kitsch es un movimiento decorativo que resulta muy extravagante y gran parte de eso se debe a la inclusión de colores vivos y brillantes como el azul cielo, verde manzana, rosa chicle, rojo, naranja, violeta, entre otros; colores muy parecidos a los de la corriente Pop-Art.
En general, suelen ser colores intensos y con mucha potencia que pueden combinarse entre sí en paredes y textiles, a través de diferentes formas.
Asimismo, se pueden incorporar papeles de pared con patrones estéticos cargados de muchos colores.
Mobiliario
Se pueden incluir mesas, muebles y estanterías de diversos materiales como: madera, mimbre, acero, entre otros. En el caso de los sofás suelen estar tapizados con cuero o terciopelo de colores llamativos.
Con respecto a las estanterías suelen tener una mezcla de materiales, pero lo importante de estas, es que, deben estar llenas de suficientes figuras llamativas decorativas.
Texturas
Lo recomendable para lograr el estilo kitsch es combinar una serie de estampados con objetos muy llamativos. Se pueden combinar estampados modernos y antiguos a la vez con elementos decorativos, sin importar si tienen utilidad, lo importante es que aporten estética a la decoración.
En cuanto a las texturas que tienden a usarse son muy variadas como: pieles sintéticas, alambre, plástico, cristal, papel, etc. Todo esto llenos de muchos colores.
Accesorios y complementos del estilo kitsch
Ya se sabe que el kitsch carece de estilo. Por lo que, prácticamente todo en cuanto a accesorios y complementos está permitido. Lo importante es enfocarse en incluir piezas que tengan mucha personalidad sin importar si combinan entre sí.
Por ejemplo, las piezas actuales y retro pueden funcionar muy bien en este estilo. Se pueden incluir muebles de estilo barroco o neoclásico y modernizarlos con tonos atrevidos.
Como accesorio principal se pueden incluir colecciones de objetos especiales, por ejemplo: platos de cerámica, figuras religiosas, figuras de porcelana, esculturas, espejos, amuletos, flores artificiales, entre otros objetos extraños. Se puede crear un rincón especial con recuerdos de viajes.
Los cojines con estampados van muy bien con el estilo de los muebles. Agrega una alfombra de pelo, una manta de terciopelo.
En definitiva, el estilo kitsch es un estilo que no va con todos, pero si eres de personalidad fuerte y extravagante, de seguro, funcionara con tu espacio. Solo presta atención a todos los elementos que deseas incluir para que realmente logres un resultado ecléctico y único, pero sobre todo, muy llamativo.